Mi fotografía profundiza en la relación intrincada entre los paisajes urbanos y las vastas fuerzas invisibles que los moldean. Me enfoco en las ciudades—espacios definidos por la intervención humana, desprovistos de naturaleza—como los sujetos centrales de mi obra. Estos entornos sirven como lienzo para explorar la presencia abstracta y abrumadora de los hiperobjetos, un término acuñado por el filósofo Timothy Morton, que se refiere a entidades vastas como el cambio climático, el capitalismo, o incluso el tiempo mismo—fuerzas que se extienden a través del espacio y el tiempo, afectando profundamente la vida humana pero permaneciendo en gran medida invisibles e incomprensibles.
En un mundo cada vez más complejo, una de las mayores paradojas que observo es que mientras las personas enfrentan sistemas más complicados e interconectados, parecen reflexionar menos sobre ellos. Filósofos como Byung-Chul Han describen la sociedad moderna como una impulsada por la aceleración constante y la productividad, donde la reflexión profunda a menudo se sacrifica en favor de la confrontación inmediata con los desafíos. Las ideas de diferencia y repetición de Gilles Deleuze también resuenan aquí, donde los encuentros de las personas con estos vastos sistemas se repiten pero con cambios sutiles, creando un ciclo desorientador que se vuelve más difícil de procesar intelectualmente. Mi trabajo busca interrumpir este ciclo ofreciendo representaciones visuales de esta complejidad, instando a los espectadores a hacer una pausa y reflexionar sobre las fuerzas profundas que moldean sus entornos.
Utilizando técnicas como desenfoques intencionales, efectos de movimiento y composiciones por capas, deconstruyo la imagen para interrumpir las formas convencionales de ver. Al exigir la descentralización de la imagen, busco impulsar a los espectadores a liberarse de la gestalt y relacionarse con la obra de una manera más matizada y reflexiva. En lugar de consumir pasivamente un mensaje visual singular, se invita a los espectadores a construir activamente sus propias interpretaciones, descubriendo capas de significado a través de un compromiso reflexivo. Este enfoque crea un diálogo dinámico entre el espectador y la imagen, donde la interpretación es fluida y evolutiva. Al mismo tiempo, el enfoque multicapa resalta las tensiones entre creación y decadencia, progreso y colapso, que no veo como fuerzas inherentemente destructivas o creativas, sino coexistiendo en un equilibrio dinámico. Finalmente, el color también juega un papel fundamental en mi trabajo, donde las paletas apagadas a menudo dan paso a estallidos de vivacidad, llamando la atención sobre momentos de disrupción o belleza inesperada dentro de la expansión urbana. Estos momentos de color, como destellos de comprensión, proporcionan un contrapunto a la entropía que impregna los paisajes urbanos, instando a los espectadores a mirar más de cerca, a encontrar significado en las capas de decadencia y a reflexionar sobre su propio lugar dentro de estos sistemas.
En última instancia, mi trabajo es un llamado a una contemplación más profunda en un mundo donde la complejidad está en constante crecimiento, pero la reflexión parece disminuir. Invito a los espectadores a relacionarse con las fuerzas abrumadoras que moldean su mundo—ya sean estructuras sociales, decadencia ambiental o el paso del tiempo. Mi esperanza es que mi fotografía sirva como un puente tanto visual como intelectual, impulsando a las personas a reflexionar sobre cómo estas fuerzas, a menudo inadvertidas, moldean profundamente sus realidades, y urgiendo a reducir la velocidad y reflexionar, en un mundo que constantemente exige rapidez.